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Detergente alcalino que es y para que se utiliza

El detergente alcalino posee una capacidad de limpieza superior a la del resto, por lo que suele ser aplicado en los procedimientos más difíciles. Su naturaleza le permite enfrentarse a múltiples agentes de suciedad con garantías de éxito.

En este artículo se explican cuáles son sus características, sus propiedades y cómo conviene emplearlo para sacarle el máximo partido.

Para qué sirve un detergente alcalino

Los detergentes alcalinos tienen un pH por encima de 7, entre 8 y 14. Esta es su principal diferencia frente a los jabones neutros y ácidos. Gracias a ello, poseen una potencia limpiadora superior.

En la práctica, resultan excelentes para eliminar la grasa incrustada, los barnices, la suciedad orgánica y, en general, infinidad de manchas. La combinación de las soluciones cáusticas y surfactantes que los conforman los hacen especialmente recomendables para tratar:

  • Elementos y acúmulos grasos, en especial aceites y sus derivados.
  • Aceite negro.
  • Proteínas.
  • Pigmentos.
  • Suciedad natural multiorigen.
  • Basura orgánica, que suprimen por completo.

En líneas generales, existen dos categorías principales de limpiador alcalino: el profesional y el doméstico. La diferencia entre ellos radica en el público al que se dirigen y, en consecuencia, en cuál es el entorno en el que se recomienda su uso.

En la práctica, no obstante, son los niveles de concentración los que condicionan las características finales de unos y otros. No es inusual, por tanto, emplear un detergente profesional en el propio hogar cuando se necesita una eficacia máxima.

Unos y otros se suelen aplicar sobre cualquier superficie o material, salvo el aluminio. Lo más frecuente es su uso en suelos y paredes. El mármol, la cerámica, el porcelánico, el granito y los aglomerados son destinos recurrentes de estos limpiadores.

¿Qué es la alcalinidad?

Este rasgo se puede definir como la capacidad de una sustancia química para neutralizar los ácidos. Cuando se diluye en agua, al mezclarse con los ácidos forma sales y, a su vez, estos se vuelven menos intensos. El nivel 7 en la escala de medición marca, precisamente, la diferencia entre la acidez y la alcalinidad.

Dicho de otro modo, los limpiadores dotados con esta propiedad son capaces de saponificar los ácidos grasos. Esto significa que, en contacto con ellos y mezclados con agua, los convierten en jabón.

La alcalinidad se consigue a partir de la existencia de álcalis. Estos suelen proceder de fosfatos, silicatos, de la sosa y de la potasa. Su fuerza es tal que no solo son limpiadores de gran eficacia. Los que tienen un pH más alto se emplean como desatascadores de alta potencia.

Usos y aplicaciones de un limpiador alcalino

Estos detergentes son los más recomendables para emulsionar y retirar materia orgánica. Además de grasa, son útiles para la sangre, los restos de heces y los elementos ricos en proteínas. La capacidad de arrastre que atesoran es su principal virtud.

Por el contrario, los productos neutros se destinan a la higiene personal, como jabones de mano, geles y champús para el cabello. En el otro extremo, los detergentes ácidos resultan efectivos para acabar con el óxido y los restos de cal.

En general, los limpiadores alcalinos se aplican en múltiples sectores. Es frecuente su uso, con las debidas precauciones técnicas, en la industria alimentaria y en la órbita sanitaria. Así, es habitual emplearlos más concentrados para limpiar un horno de cocina o lavar circuitos relacionados con la higiene alimentaria.

Algunos de ellos incluyen componentes fungicidas y bactericidas, por lo que se destinan a las superficies y utensilios más contaminados. Su empleo es frecuente en las industrias cervecera, cárnica y láctea, además de en la hostelería y en los mataderos, por citar algunos ejemplos.

Un excelente ejemplo es el Previo Dairy Alcalino de Zotal, un detergente idóneo para las instalaciones lácteas.

Cómo se usa el detergente alcalino

La polifuncionalidad y capacidad de adecuación de estos limpiadores es muy alta. Por ello, resulta fundamental tener claro cómo hay que utilizarlos. En este sentido, las concentraciones y temperaturas varían en cada aplicación.

Por ejemplo:

  • En los equipos de ordeño ha de usarse concentrado del 1 al 4 %, con una temperatura de 50 a 65 °C.
  • Para limpiar por inmersión, en cambio, la temperatura no debe superar los 60 °C.

Así, seguir las instrucciones establecidas por el fabricante es el mejor consejo de uso. Por regla general, suele ser requerido alternarlos de manera periódica, durante la semana, con otros productos ácidos.

Finalmente, tras su empleo es imprescindible aclarar con muchísima agua, hasta prescindir por completo de cualquier posible resto.

En definitiva, estos detergentes presentan un pH mayor de 7 y son especialmente potentes para deshacer la grasa. En Zotal, como especialistas en desinfección, limpieza e higiene desde hace más de un siglo, siempre disponemos del detergente alcalino, del ácido o del neutro indicado. Invitamos a los interesados a seguir nuestros contenidos en Facebook, Twitter e Instagram para estar informados con rigor sobre todas las opciones disponibles.

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